08 abril, 2010

Día 10. María y Mohamed




Una de cal y una de arena. Esta frase resume en muy pocas palabras lo que hemos vivido hoy. Hemos empezado el dia con alegria, una visita a la familia de Bazie, (un burkinabés que lleva tres años con nosotros) para llevarle comida, ropa y artículos de primera necesidad, nos ha dado la primera alegría del día.




Más tarde hemos vistado a una persona muy especial para el equipo de emsimision y de manera muy concreta para una de las cooperantes del año pasado: María Huguet. Durante ese viaje, el equipo de ginecología asistió un parto en la clínica Schiphra, y la madre del recién nacido le pidió a María que se llevara al bebé con ella, porque ella ya tenía 3 hijos, y debido a su humilde situación no podían afrontar el mantener y alimentar a esa criatura. María rechazó la propuesta y la madre le pidió que fuese ella la que le pusiese el nombre. El nombre escogido para el bebé fué María. No hace falta decir de que manera este hecho marcó la vida de nuestra cooperante. Ella se ha volcado en ayudar a esta familia, sus padres nos han contado como en el mes de septiembre debido a las graves inundaciones que sufrió la capital de Burkina se quedaron sin casa y sin nada. Gracias a la ayuda que les ha dado María, ahora tienen una casa para vivir. Hoy, después de un año y tres meses hemos vuelto a ver a María.

Pero no todo iban a ser alegrías en el dia de hoy. Sobre las 3 de la tarde, el equipo ha empezado a repartir caramelos, calzado, etc. a los niños de Zongo al tiempo que el equipo de oftalmología realizaba cirujías de cataratas. Hasta allí se ha acercado una madre con un bebé entre sus brazos y con un niño de unos 3 años para que le diésemos algún regalo. Uno de los miembros del equipo se ha dado cuenta del estado en el que se encontraba el bébe y rápidamente nos hemos dado cuenta del terrible estado de malnutrición en el que se encontraba Mohamed. Después de un examen y de proporcionarle leche para lactantes hemos llevado al bébe y a su madre al hospital pediátrico Charles De Gaulle, pero nos han dicho que era imposible atenderle por falta de camas. El hospital público Yalgado ha sido nuestra siguiente parada. Eran las 5 de la tarde cuando llegábamos al hospital con Mohamed y su madre.
No os vamos a contar detalles sobre las complicaciones, que hemos tenido para que visitasen a ese bébé. Sólo contaros que los doctores han avisado a un miembro de seguridad para que nos desalojasen de la sala de espera puesto que nos negábamos a marcharnos si no atendían al bebé. Finalmente después de bastantes horas lo han atendido. Para que los médicos atendiesen a Mohamed hemos tenido que comprar guantes para los médicos, jeringas, los tubos de ensayo para los análisis, medicamentos, e incluso llevar nosotros mismos las muestras de sangre al laboratorio e irlas a recoger al cabo de una hora y llevarle los resultados hasta la consulta. Finalmente, a las 11 de la noche y después de regalar paquetes de caramelos a médicos, guardias de seguridad y de pagar su estancia en el hospital, nos dicen que debe de quedarse esa noche allí, para que mañana lo visite el pediatra y le hagan algunas pruebas. Mohamed y su madre pasarán la noche en el suelo del pasillo sucio y maloliente de este hospital, ya que, según nos dicen no hay camas disponibles, aunque se ha pagado el precio de ella. El estado de este bebé es grave y mañana volveremos al hospital con la esperanza de verle de nuevo. Esta tarde, han corrido las lágrimas por nuestras caras, lágrimas de tristeza, de impotencia, de injusticia… y todos nosotros nos hemos ido a la cama pidiéndole a Dios que cuide de esta persona tan especial al igual que lo ha hecho con María.


No hay comentarios:

Publicar un comentario