08 abril, 2010

Aquí

Ya estoy de nuevo en casa, el regreso ha sido bueno sin ninguna complicación en el viaje. De salud he llegado muy bien, esta vez he pasado sin diarrea ni vómitos. El corazón siempre vuelve afectado. Sigue siendo incomprensible la desigualdad en la que vive nuestro mundo, terrible la manera en la que tiene que vivir toda esta gente, sorprendente el gozo, la alegria y la fuerza con la que son capaces de convivir con su realidad, triste la indeferencia con la que desde aquí tratamos esta situación.
Me he traído muchos recuerdos de Burkina, el más importante un colgante de plastico con un hilo que me regalo una niña de Yagma. No sé como lo hizo, pero sé que era su única posesión, su único juguete, su todo, y me lo regalo en una muestra más de agradecimiento y generosidad de un pueblo del que tendríamos mucho que aprender.
Como habéis podido ver el proyecto tenía 3 equipos, uno de oftalmología que ha operado decenas de cataratas, uno de odontología y otro de audiología en el que estábamos también Rubén y yo para el programa de apadrinamiento con niños sordos. Hemos intendado llevarles el amor de Jesús, personas que eran ciegos ahora ven, algunos que eran sordos ahora gracias a los audifonos pueden oir. Nosotros no podemos hacer milagros, pero no se me ocurre una manera mejor de imitar a Jesús.
Traemos en la cartera las fichas de 30 niños para apadrinar, para que puedan empezar a asistir a la escuela de niños sordos de CEFISE, todos viven en unas situaciones muy duras y necesitan ayuda. Se puede co-apadrinar un niño desde 7€ al mes, o apadrinar tu solo al niño con 35€/mes. Si estás dispuesto a colaborar no dudes en ponerte en contacto comigo. Vale la pena.





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