09 febrero, 2010

Mi Dios todopoderoso y a la vez tan personal.

"Cuando contemplo tus cielos, obra de tus dedos, y la luna y las estrellas que allí fijaste, me pregunto: ¿Qué es el hombre, para que en él pienses? ¿Qué es el ser humano, para que lo tomes en cuenta? Pues lo hiciste poco menos que un dios, y lo coronaste de gloria y honra; lo entronizaste sobre la obra de tus manos, todo lo sometiste a su dominio" Salmo 8:3-6

Tenemos un Dios tan grande ... ¿nos damos cuenta de cómo es El? El es Santo, Perfecto, Creador del Universo y todo lo que en el hay. En esa Creación tan majestuosa Dios decidió darle aliento al hombre.

Y ... ¿porqué el Gran Yo Soy se acordó de nosotros, se acordó de mí? Todavía no lo entiendo. El no nos necesita absolutamente para nada (su poder es ilimitado)... ¿y todo el sufrimiento que Jesús vivió?. Fue traicionado por Judas, fue abandonado y negado por sus discípulos, fue acusado injustamente, fue maltratado por el pueblo ... Jesús sintió angustia, dolor, tristeza ... Jesús sabía por todo lo que iba a pasar y aun así decidió que tenía que obedecer la Voluntad del Padre y morir en la cruz. Jesús sabía que el precio a pagar valía la pena. "Es tal la angustia que me invade, que me siento morir -dijo Jesús." Mateo 26:38.

Valió la pena por ti y por mí. Me sigo maravillando con estos pensamientos. Su vida por rescate de la mía y de la tuya. Pero ... ¿qué soy yo y tú para que pienses en nosotros, para que nos tengas en cuenta?

La respuesta a esta pregunta la encuentro en Isaías 43:10 donde Dios nos dice:

"Ustedes sois mis testigos -afirma el Señor- sois mis siervos escogidos, para que me conozcan y crean en mí y entiendan que yo soy. Antes de mí no hubo ningún otro dios, ni habrá ninguno después de mí. Yo, yo soy el Señor, fuera de mí no hay ningún otro salvador"

Su propósito fue que le conozcamos, que seamos sus amigos, que tengamos una relación personal con él diaria, que dialoguemos, que le escuchemos, que le obedezcamos, que le creamos, que podamos entender quien es El, que es El Todopoderoso que hace lo que quiere cuando quiere y de la forma que El quiere, que seamos testigos, que contemos y comuniquemos a otros lo que El ha hecho con nosotros, que seamos siervos, ...

Que nuestra oración sea: Señor, HENOS AQUÍ, ¿qué quieres que tus siervos hagan? Amén.

Isa.

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