20 enero, 2010

Tesoros escondidos

"Vale más llorar que reír; pues entriste el rostro, pero le hace bien al corazón". Eclesiastés 7:3

Hoy, en mi tiempo de quietud con Dios, me ha dado una historia muy interesante que quiero compartir con vosotros y que además podemos identificar con muchas situaciones que nos están rodeando.
Unas inundaciones se llevaron la casa, el molino y todo lo que un pobre hombre tenía en el mundo. Cuando las aguas se calmaron, el hombre estaba descorazonado y sin aliento en el lugar donde sufrió esta pérdida, cuando vio que por las orillas brillaba algo que las aguas habían descubierto.
Desde lejos parecía oro. Se acercó, y era oro en verdad. La inundación que le había empobrecido, lo enriqueció.
¿Cuántas veces en nuestra vida no comprendemos el porqué ... y nos quejamos? Pensamos que es injusto, porqué me ha tocado a mí , Dios está lejos de esto ... y realmente mi actitud es negativa, de tristeza, de víctima, de queja, ... Personalmente creo que he de cambiar un chip en mi cabeza y renovar mi mente pensando que todo esto es de incalculable valor porque sólo de esta forma se descubrirán los tesoros que están escondidos.
Dios siempre nos da cosas buenas como Padre Perfecto y nuestra confianza ha de estar completamente en El. Aunque no encontremos una puerta o salida en El han de descansar nuestras almas, en todo tiempo El será nuestro sostén porque no tenemos a nadie más que a Jesús. El es nuestro sostén y nuestra puerta.

Espero que El sea tu refugio porque de otra forma no podremos desenterrar los tesoros escondidos que nos tiene preparados para después de las inundaciones.

Isa

No hay comentarios:

Publicar un comentario