23 noviembre, 2009

TRISTEZA DE DIOS O TRISTEZA DEL MUNDO

Estoy leyendo un libro que es bastante interesante ¿Cómo Crecemos? y hoy he leído un capítulo, "cómo alcanzar la calidez del perdón", que realmente me ha hecho reflexionar en mi propia vida y me gustaría compartirlo contigo y que pudieses sacar algo de provecho.

"La tristeza que proviene de Dios produce el arrepentimiento que lleva a la salvación, de la cual no hay que arrepentirse, mientras que la tristeza del mundo produce la muerte" 2ª Co 7:10.

La tristeza del mundo es aquella que se basa en uno mismo y en su propia maldad. Es la que experimentó Judas tras traicionar a Jesús y después se quitó la vida. Cuando nos sentimos culpables nos estamos enfocando en nosotros mismos, en lo malos que somos. Si nos sentimos culpables lo que queremos es volver a sentirnos bien y no nos preocupa lo destructivo del problema o el daño que hayamos causado. Siempre la culpa se enfoca en nosotros. El sentimiento de culpa siempre hace que el pecado aumente.

La tristeza de Dios siempre se centra en la parte ofendida. Es la que experimentó Pedro después de negar a Jesús. Optó por no huir de él sino buscar la reconciliación. Esta tristeza se preocupa por cómo nuestras conductas afectan a otras personas. La tristeza santa se enfoca en otros y entonces cambiamos. El amor en este caso es quien nos obliga a cambiar.

Pensar en que el Espíritu Santo siempre tiene que ver con el amor, cómo nos ama Dios y cómo quiere que nos amemos. Cuando el espíritu de Dios nos habla no está tratando de hacernos sentir mal y condenados o culpables. Está tratando de que nos demos cuenta de cómo estamos entristeciendo a Dios y causando daño a otros y a nosotros mismos por nuestro comportamiento y actitudes. Si podemos ver esto, el amor será quien provoque el arrepentimiento.

Quitémonos el sentimiento de culpa y fijémonos en cómo nuestros comportamientos y conductas están afectando a otras personas. ESTO ES AMOR.

No hay comentarios:

Publicar un comentario