25 abril, 2011

ANHELO DE SOL



El invierno ha pasado dejando atrás las bajas temperaturas y las lluvias, personalmente espero con ansia el calor. No me gusta mucho los árboles pelados, y sin hojas o con unas pocas marrones, todas marchitas cubriendo los suelos de las calles de nuestras ciudades. Espero con anhelo disfrutar los rayos del sol sobre mi rostro, oler dulces aromas de las flores silvestres y observar reverdecer de nuevo los bosques y jardines.

Sin embargo, al mismo tiempo que espero con impaciencia la llegada de mi estación favorita "el verano", escucho una voz en mi interior diciéndome: «No anheles que se te pase la vida».

Si eres como yo, a veces te escucharás decir interiormente: «Cuando suceda esto y aquello, voy a…»; o «si tan sólo el/ella hiciera esto, yo haría eso»; o «yo sería feliz si…»; o «estaré satisfecho cuando…».

Cuando anhelamos algún bien futuro, inconscientemente estamos olvidando que cada día (independientemente de si hace frío o calor o de la situación que nos haya tocado vivir) es un regalo de Dios que debemos usar para Su gloria.

El escritor Ron Ash dijo: «Estamos donde necesitamos estar y aprendemos lo que necesitamos aprender. Mantengamos el curso porque las cosas que experimentamos hoy nos conducirán donde Él necesita que estemos mañana».

Considero esta frase muy sabia. En cada época vital de nuestra existencia, hay una razón para alegrarse y una oportunidad para hacer el bien, como dice Eclesiastés 3:12: "No hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida". El desafío para cada día es que encontremos alguna cosa en la cual alegrarnos y algo bueno para realizar… y después hacer ambas cosas.

Para mí, esto es" un pequeño gran reto". No sé cómo lo ves tú. Sin embargo lo creo firmemente. Si cada día tengo un motivo de gozo y algo bueno para hacer la vida tiene sentido y propósito.

Que tengáis un buen día, con mucho cariño,

Isa.


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