Siempre está Dios,
ni se muda, ni cambia
esperando el momento oportuno
por más despacio que andemos
por más deprisa que corramos.
Porque para Dios
no existen las prisas
ni el tiempo ni el espacio
y no entiende de entendimientos
pues sólo El es sabio.
Y nos mira, nos sonríe
habla con nosotros;
en la soledad nos acompaña
siendo el mejor amigo.
Cuando la duda nos envuelve
y la oscuridad nos abruma
es la luz que empequeñece al sol.
Cuando nos falta la esperanza
Él es el faro que nos guía.
Porque Dios siempre ama
no sabe hacer otra cosa,
y aunque nuestra mente no entienda,
ya que Dios habla al corazón,
termino diciendo;
Dios ama después de amar.
Un peregrino agradecido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario